domingo, 27 de enero de 2008

El Nacimiento de la Electrónica y del Universo de la Informatización

Si el mundo de la electrónica comprende la ciencia y la tecnología relacionadas con el movimiento de las partículas cargadas en un gas, en el vacío, o en un semiconductor, entonces la invención de la válvula de oscilación o tubo de vacío le dio a la tecnología inalámbrica su primer impulso y marcó el inicio de la nueva ciencia de la electrónica. Correspondió este honor al físico británico John Ambrose Fleming (1849-1945).

En 1899 Fleming se hizo consultante de la Compañía de Marconi. Por entonces la telegrafía inalámbrica se encontraba en su infancia y Marconi estaba experimentando constantes innovaciones para aumentar la distancia que podía alcanzarse. Fleming quedó absorbido con esta cuestión y comprendió que el principal problema provenía de la escasa sensibilidad del dispositivo detector de las señales. En noviembre de 1904 Fleming patentó su válvula de oscilación llamada así por la analogía observada con la válvula de un fluido que permite solo el movimiento del flujo en una sola dirección. El diodo de tubo de vacío, como mas comúnmente se conoció, estaba constituido por un filamento caliente que emite electrones de acuerdo con el efecto Edison y una placa, el ánodo, que es el colector de electrones. En este dispositivo la corriente circula sólo cuando esta placa es positiva respecto al cátodo. Si se aplica un potencial alterno a la placa, la corriente pasará por el tubo solamente durante la mitad positiva del ciclo, actuando así como rectificador. La válvula de Fleming fue el primer diodo que se utilizó en la radio como detector y rectificador.

El físico británico John Ambrose Fleming (1849-1945) sintió un interés inicial por la Química y dio sus primeros pasos en el laboratorio de Frankland, pero luego quedó fascinado al conocer de los trabajos de Maxwell y pasó a investigar en el campo de la electricidad y el magnetismo en Cambridge donde alcanzó el doctorado en ciencias. Unos años después trabajó en los laboratorios de Edison en los Estados Unidos y allí pudo conocer de primera mano el descubrimiento conocido como Efecto Edison que indicaba la emisión de electrones por un filamento caliente en un bulbo de iluminación.

A su regreso a Londres, en 1885 el Colegio Universitario de Londres (UCL) le solicitó fundara un nuevo departamento de Ingeniería Eléctrica, en el cual el se desempeñaría como profesor durante 41 años. Compartió la docencia universitaria con la investigación y en 1904, luego de identificar como uno de los problemas a resolver en la naciente industria de la telegrafía inalámbrica la pobre sensibilidad de los detectores, inventó el primer diodo que se utilizó en la radio como detector y rectificador.

Pero el más importante hito de los primeros tiempos de la electrónica llegó en 1906 cuando el físico e inventor estadounidense Lee De Forest (1873 – 1961) colocó un tercer electrodo, como una rejilla, en la válvula de Fleming, y así inventó el tubo triodo al que llamó audión. Un pequeño cambio en el voltaje de la rejilla provocaba un notable cambio en el voltaje de la placa. De modo que fue el audión el primer amplificador. Todavía debieron pasar cinco años para mejorar el vacío en el audión y añadir un revestimiento eficiente de oxido en el cátodo para obtener un dispositivo confiable. Este fortaleció la corriente a través del tubo, amplificando las débiles señales del telégrafo y también de la radio.

En los círculos británicos se ha creado cierto estado de opinión sobre la novedad de la patente de De Forest en relación con la válvula de Fleming. El inventor de la tecnología termoiónica disputó en las cortes la originalidad de la propuesta de De Forest y su opinión fue desestimada por los jueces.

En 1912 De Forest desarrolló un circuito de retroalimentación que podría incrementar la salida de un transmisor de radio y producir corriente alterna. Es difícil admitir la afirmación de que no apreció correctamente la importancia de su invención y por ello no solicitara la patente hasta 1915 cuando ya lo había hecho el profesor de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Columbia, Edwin Howard Armstrong (1890- 1954). El circuito regenerador de Armstrong constituyó un progreso en la radiofonía porque podía amplificar débiles señales de radio sin distorsión. De Forest apeló ante los jueces y casi 20 años después la Corte falló a su favor pero en la comunidad de electrónicos el crédito le fue dado a Armstrong.

Ambos debieron hacer invenciones trascendentes en la tecnología de los medios de comunicación. De Forest en la década de los 20 encontró una forma de registrar el sonido sobre la cinta de la película. Esto llevó directamente a la creación de las imágenes animadas con movimiento y con sonido. Solicitó la patente en 1921 y le fue otorgada en 1924. Desde entonces intentó atraer la industria del cine hacia su tecnología y sin embargo los cineastas no mostraron interés. Irónicamente las primeras tentativas del cine hablado no usaron la patente de De Forest pero años después aplicaron su método.

Fuente : Geocities

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