Resumir en breves líneas los extraordinarios progresos alcanzados en el siglo XX en materia de tecnología derivadas de teorías físicas es tarea imposible. Reducimos nuestro propósito a esbozar algunas técnicas de avanzada que emergen de los resultados teóricos más brillantes nacidos y desarrollados en este siglo.
Cuando Roentgen descubre en 1895 los rayos de naturaleza entonces desconocida pero desde ya comprobada su alta capacidad de penetración pronto se aplica para obtener las primeras fotos de los huesos humanos. Su aplicación en Medicina encuentra una rápida difusión y en determinadas circunstancias históricas brilla en esta actividad la célebre Marie Curie. También con relativa rapidez se inaugura una época en que los rayos –X resultan útiles para analizar las sustancias cristalinas o los espectros de emisión de estas radiaciones por los elementos químicos permiten su identificación. Las páginas que siguen abordaran brevemente estos momentos.
Con el propósito de apoyar la candidatura para una plaza vacante en la Academia de Ciencias del eminente físico Edouard Branly (1844-1940), que representaba los valores del conservadurismo francés, la prensa reaccionaria francesa no dudó en dañar la imagen de la insigne científica de origen polaco, Marie Curie. El daño se hizo y la candidatura de Marie fue derrotada en 1910 por dos votos. Un año después a su regreso del Congreso Solvay en Bruselas, debió enfrentar una nueva ronda de odio esta vez "acusada" de sostener relaciones con el destacado físico francés Paul Langevin (1872 – 1946). Poco después recibiría la información de la Academia Nobel de haber recibido un segundo Premio, esta vez en la disciplina de Química. De cualquier forma en los primeros meses de 1912, sufrió primero una fuerte depresión nerviosa y luego debió someterse una operación de los riñones. Sólo a fines de este año Marie retornó al laboratorio después de casi 14 meses de ausencia. El escándalo había finalizado y la Academia de Ciencias estaba dispuesta a darle la bienvenida a la mujer que había sido dos veces laureada con un premio Nobel.
Pero pronto se pondría a prueba la estatura moral y el patriotismo verdadero que, durante el periodo de la guerra, iba a demostrar Marie por su nación de adopción. Por el otoño de 1914, cuando Alemania declaró la guerra a Francia, la construcción del Instituto de Radio había terminado pero la Curie no había trasladado aún su laboratorio para la nueva edificación. El trabajo del Instituto de Radio podría haber esperado por la restauración de la paz pero la Curie encontró formas de poner su conocimiento científico al servicio del país. En el Instituto de Radio, la Curie entrenó alrededor de 150 mujeres en la técnica de rayos – X que actuaron como asistentes en las unidades radiológicas móviles que fueron llevadas a las líneas del frente. Previamente había encabezado una campaña nacional para adaptar carros de aquellos tiempos como unidades radiológicas móviles que dieran una asistencia inmediata para el tratamiento de los heridos y fracturados en el campo de batalla. El uso de los rayos –X durante la guerra salvó las vidas de muchos heridos y redujo los sufrimientos de los que sufrieron fracturas de todo tipo.
Bajo la dirección de Curie el Instituto de Radio en París se convirtió en un centro mundial para el estudio de la radioactividad. Entre 1919 y el 1934, año en que fallece la Curie, los científicos del laboratorio publicaron más de 483 artículos y 31 libros y monografías. Hasta el final de su vida ella continúo sus estudios para aislar, purificar y concentrar el polonio y el actinio. Al mismo tiempo su trabajo estuvo íntimamente relacionado con la producción comercial de las sustancias radioactivas y muchas de sus aplicaciones en la ciencia, la industria y la medicina.
Cuando los servicios radiológicos ya estaban marchando establemente, Curie cambió su atención hacia el servicio de radioterapia. Comenzó entonces a usar una técnica desarrollada en Dublín para colectar radón, un gas radioactivo emitido continuamente por el radio. Trabajando sola y sin una protección adecuada Madame Curie pudo colectar el gas en ampolletas de vidrio selladas que eran así entregadas a los hospitales militares y civiles para que los médicos empleando agujas de platino lo inyectaran en la zona del cuerpo de los pacientes donde la radiación debía destruir el tejido enfermo. Se inauguraba la época de la radioterapia en la medicina.
El redescubrimiento de los rayos –X se produjo cuando el físico alemán Max von Laue (1879 – 1960) determina experimentalmente la longitud de onda de los rayos –X al estudiar los espectros de difracción que experimentan las sustancias cristalinas. Otros pioneros en el estudio de la estructura de los cristales mediante sus espectros de difracción de rayos –X fueron los físicos británicos, padre e hijo, William Henry Bragg (1862-1942) y William Lawrence Bragg (1890-1971). El primero fue profesor de Física de universidades inglesas y en el último tramo de su vida profesional ocupo la cátedra de Física de la Universidad de Londres. Su hijo le siguió los pasos en la investigación y juntos desarrollaron trascendentales estudios sobre la estructura cristalina de importantes sustancias del mundo inorgánico demostrando la utilidad de la técnica como herramienta de investigación para confirmar las teorías cristalográficas. En reconocimiento a los logros cosechados compartieron padre e hijo el premio Nobel de Física de 1915. Nunca antes ni después se ha repetido este acontecimiento. William Lawrence fue sucesor en la Universidad de Manchester del físico nuclear Ernest Rutherford y luego funda en Cambridge, en 1938 el laboratorio de Biología Molecular que se destacará en los próximos años por los estudios fundamentales que desarrolla que cubren todo una época.
Fuente : Geocities
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